Como me pica la nariz, ya no lo puedo resistir... y los ojos, y una lagrimilla se me escapa. Ayer se fue a cantarle con su acordeón a algún ángel Miliki , junto con el gruñon de Gabi y el patoso de Fofó.
Conociéndoles seguro que la están liando pintando alguna nube del color equivocado, haciendo alguna chapuza. O tropezando con algún cubo de agua que alguien habrá dejado en la nube blandita y haciendo que llueva. Y seguro que los querubines se parten de risa y esperan la canción de día. No se si en el cielo hay ratones pero seguro que ellos se los inventan para cantarle la canción a Susanita.
Tendría yo 8 o 9 años cuando un día se formó un revuelo en el barrio, todos los niños andaban nerviosos porque estaban montando una carpa de circo. Yo nunca había visto un circo, sólo en la tele ya que todas las tardes nada más salir del colegio poníamos la tele para ver El gran circo de TVE.
Ya podéis imaginar que no faltó ni uno sólo de los niños del barrio y la sorpresa que tuvimos cuando salieron a escena un señor de chaqué gris y tres payasos vestidos de rojo saludando a todos con su ¿¿¿ Como están ustedes??? Eran los nuestros, los de la tele, y eran de verdad, ¡y los vestidos eran rojos no negros!. Cantamos todas las canciones, todas, porque eran nuestras canciones, las únicas que conocíamos, con las que estábamos creciendo y que eran parte de nosotros.
Ahora se nos ha ido el último de esta primera generación de payasos, pero las canciones se quedan, los recuerdos están dentro de cada uno de los niños de mi generación, y no podemos evitar cuando alguien nos dice ¡hola Don Pepito! tener que contestar ¡hola Don José!
Gracias por pasarte la vida haciendo el payaso, pues con tus payasadas hemos aprendido a vivir. Adiós Don Miliki.