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sábado, 7 de enero de 2017

El rincón de Arale - Dr. Slump.


Todo empezó hará unos cinco o seis años. Un día fui a un evento de manga con mi hija y compré una sencilla chapa de  Arale. Esa fue la primera de muchas.



 Siempre me gustó ese personaje de la  niña robot de  Villa Pingüino. Recuerdo que veía los dibujos en el programa del Club Super3 en el K3, uno de los mejores canales de programación infantil y juvenil de principios de los 90 en la televisión autonómica catalana.


Aunque yo no era precisamente una niña y tenía veintitantos en mi casa se veían los dibujos todas las tardes, y así fue como conocí al Dr. Slump, un científico/ inventor que un día le da por crear un robot de una niña de siete u ocho años, miope, divertida, que no tiene malicia y que por donde va la lía. Es alegre y tiene un gran corazón aunque sea de engranajes y tuercas,aunque no tiene ombligo.
Estos dibujos los creó Akira Toriyama para  un comic manga en 1980, y tuvo tanto éxito que un año después se hizo el anime para televisión.


Puede que aunque no seáis fans del Dr. Slump os suene el nombre de Akira Toriyama, es el creador de la serie mundialmente famosa Dragon Ball, de hecho Goku sale en algún capitulo de Dr. Slump, así como hay algún capítulo de Dragon Ball que se desarrolla en Villa Pingüino, que es el pueblo donde vive Senbei Norimaki (Dr. Slump) con Arale, a la que hace pasar por su hermana pequeña.



Villa Pingüino (también llamado Aldea Pingüino) es un pueblo peculiar, con tiendas, una cafetería con forma de tetera, una escuela y una comisaría. La gente que vive allí también es peculiar, en él viven a parte de humanos y animales con características humanoides, marcianos, como el Rey Nikochan y su criado, Superheroes como Suppaman (yo le conocía como Suprunaman) , una Caca Rosa, un niño diablo y Gatxan, que es una especie de bebé ángel  que tiene superpoderes y come metales con mucha voracidad.




Me enamoré de esta serie tan rara y sus personajes y empecé a atesorar cosas que me la recordaban, una gorra, algún parche que luego cosí en mi mochila rosa, una taza, camisetas... mis amigos que saben de mi afición por Arale me regalaban cosas que tenían que ver con ella, cacas rosas, amigurumis, llaveros, chapas... Los tenía repartidos por toda la casa.




 Hace unos meses se me ocurrió juntar todo lo que tenía y fue una sorpresa, tenía tantas cosas que necesitaba bastante espacio para ponerlo todo junto y después de varias vueltas por el trastero por fin he encontrado la ubicación donde poner todo lo relacionado con Arale.
 Como podéis ver tengo muchas cosas, algunos son regalos, como la caca gigante que me regaló mi amigo Jose en un salón del manga, el mini lienzo pintado por Artista friki que me regaló mi amigo Ramón , los amigurumis de Arale con sus cacas, son regalos mi prima y de Lorena de Kachico Amigurumis , los hamas, los dibujos...



 

Mis camisetas de  CosplayOriginal.com tienen mucho éxito allá donde vaya, aunque una se me ha estropeado un poco recientemente (consejo del día: Nunca pongais una camiseta con estampado de vinilo en la secadora) tendré que comprarme otra en el próximo Salón del manga.
No podía faltar el cosplay, que he llevado también en alguna ocasión.






Soy fan de muchas cosas, y tengo algunas figuras y artesanías de todo lo que me gusta, pero desde luego Arale sin duda se lleva el primer premio, y el lugar de honor en mi trastero. Espero que os guste mi colección.


jueves, 29 de septiembre de 2016

Ducha Vs baño y reciclaje de una cortina de ducha.

Sin duda puedo decir que este 2016 ha sido el año de las reformas en casa y quiero enseñaros la reforma que hicimos en el baño, y como cambiando solo un plato de ducha ha cambiado completamente la funcionalidad.

En casa somos más de ducha que de baño, llenar la bañera me parece un despilfarro de agua y en los ocho años y pico que llevo viviendo en este piso creo que solo me he bañado una vez.

 Además la enorme bañera que teníamos era muy larga, pero era estrecha y para ducharse no era muy cómoda. Al final acababámos toda la familia en la ducha pequeña del otro baño, que aunque es mucho más cómoda también resultaba pequeña.

Hace un par de meses decidimos que si cambiábamos la inútil bañera por un plato de ducha le sacaríamos mucho más partido al baño. Era indispensable que resultara económico porque mi economía está bajo mínimos, así que mirando precios  en varios sitios al final nos decidimos por un plato de ducha de Leroy Merlin, y encargamos también la mampara.


 Para abaratar costes decidimos hacerlo nosotros mismos. La ventaja es que mi marido es oficial de construcción, y lo de sustituir la bañera por el plato de ducha no nos supuso ningún problema. Mucho polvo, mucho escombro, lo normal. También eliminamos el bidé y dejamos una zona amplia de paso.


 Lo de la mampara de ducha ya fue otra cosa. Cuando encargamos la mampara nos aseguramos de preguntar si venía con instrucciones de montaje y nos dijeron que sí. La sorpresa fue cuando al desembalar  y ver el montón de piezas que llevaba y lo mal que se explicaba el montaje en el folleto de instrucciones estuvimos a punto de desistir y contratar ayuda. 


Nosotros somos expertos montadores de muebles de Ikea, son muchos años de afición al DIY para tirar la toalla a la primera de cambio, no nos podíamos permitir el desánimo, así que le echamos una buena dosis de paciencia y de intuición, y después de varias horas al final lo conseguimos, la montamos bien y quedó perfecta, pero podían tomar ejemplo los señores de Profiltek y aprender de Ikea, que al menos dibujan bien las piezas y puedes reconocerlas y no adivinarlas.

También colocamos unos accesorios nuevos para el baño, y un toallero con estantería, con varias barras para toallas  que colocamos dentro de la ducha, como es tan grande las toallas no se mojan y te puedes secar allí mismo.
Lo más práctico es el dispensador de jabón, que tiene un botón dosificador y te ahorras de tener montones de botes de champús por el suelo.


Me encanta como ha quedado y ahora es muy práctico, desde que tenemos la ducha nueva apenas hemos usado la otra, esta es mucho más cómoda.



 Como mi cortina parisina para la ducha me encantaba y no estaba usada apenas me decidí a reciclarla, había visto un video hace un tiempo en el que fabricaban un cuadro a partir de una cortina de ducha y me dije ¿por qué no?


Así que me decidí a hacerme un cuadro para el dormitorio. A veces pasan cosas curiosas, comenté con la familia que iba a reciclar la cortina, el proyecto le debió gustar mucho a mi marido porque casi no me ha dejado meter mano, se enfadó cuando le quité la grapadora y casi no me ha dejado poner ni una grapa.


Lo primero era comprobar que la cortina estaba en perfecto estado, a parte de un poco de óxido en los agujeros de las anillas la cortina estaba bastante bien, y esa parte tenia que quitarla. marqué con unos alfileres el contorno  de lo que iba a ser el cuadro y le di unos seis centímetros de margen alrededor y la corté. Con unos listones de madera  hicimos el marco, con unos traveseros para evitar que se deformara. Como no tiene que soportar peso los unimos con unas grapas, queda bastante fuerte.


 
Y luego es cuestión de ir tensando y grapando, al igual que en el tapizado empezar grapando en el centro de cada lado. Cuando llegas a las esquinas para evitar gruesos de tela y pliegues que afearían  es preferible hacer un corte en diagonal y montar la esquinera de manera que no haga pliegues. por último le colocas un cáncamo en el centro de la parte superior para poder colgarlo.



En teoría ya estaba listo mi cuadro,  pero al probarlo en la pared se transparentaba el travesero por la parte más clara, y entonces decidí poner un trozo de papel craft (papel de embalar) entre la tela y los traveseros, grapándolo al marco, así nos asegurábamos que no habría problema de transparencias.

 De haberlo previsto antes lo hubiera grapado al marco antes de colocar la tela, o sea que si os decidís a probar aseguraros antes de que no va a haber ese problema. Y este es el resultado, un precioso cuadro de La torre Eiffel que antiguamente había sido mi cortina de ducha.


Espero que os guste y os animéis a hacer cuadros con vuestras telas favoritas.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Tapizando otra silla de escritorio

 

Hace unos días me llevé un disgusto monumental. Mi silla del ordenador que compré hace un año y medio en una tienda de segunda mano, que me costó 20 € se partió, yo ya tenía planes de tapizarla y convertirla en una silla de tocador de la peluqueria improvisada que tengo en el trastero, tenía la tela y el arreglo que pretendí hacer con cinta americana resultó ser un fiasco. Como publiqué en mi muro de facebook mi disgusto antes de tirarla, mi cuñado me llamó para decirme que le sobraba un pie de silla. Miramos si se podía adaptar y resultó ser perfecto, incluso mejor que el anterior. Ahora que tenía mi cómoda silla de nuevo en funcionamiento no me lo pensé dos veces y la desmonté para tapizarla.

La limpié a conciencia con un limpiador de tapicerías y agua calientey dejé que se secara bien. Después con la tela extendida en la mesa mesa elegí que parte de la tela me gustaba más pues algunos de los mandalas del estampado eran demasiado oscuros y yo prefería las partes más coloridas.
 La tela es un hule de algodón plastificado, del que se pone en las mesas del comedor. Había otros hules más baratos y plastificados pero no me gustaban demasiado. Yo elegí esta, que costaba a 22€ el metro en Leroy Merlín, compré solo medio metro por lo que los 11€ me parecieron razonables.


Primero hice el patrón por el revés de la tela, marcando todo el contorno tanto del respaldo como del asiento. Dándole un margen de unos 8cm todo alrededor para poder graparlo a una buena distancia del borde y los recorté por la marca resultante de esto. cuanto más grueso es el asiento más margen debemos dejar, como el mío no es muy grueso con los 8cm tenía suficiente


.
La parte del respaldo necesitaba una tapa, pues queda completamente visible y si se viera el grapado quedaría muy feo, la parte del asiento no es necesario hacerle tapa porque no se ve. Con una tela de algodón que tenía en casa hice el patrón de la tapa marcando el respaldo, esta vez sin margen.
Coloqué el asiento encima de la marca que había hecho en la tela.



Tapizar es realmente fácil. Con una grapadora de ferretería, de las que se usan para pared, madera etc, la mía se cayó al suelo y se rompió parte del plástico exterior, por eso la tengo encintada, pero por lo demás funciona de maravilla. Colocas una grapa en el centro de cada lado, tensando muy bien la tela. Es importante que esté bien tensa para que el trabajo sea bueno.Después vas grapando desde el centro hacia las esquinas cuando estás a unos ocho o diez centímetros de la esquina comienzas a hacer pliegues y a graparlos de manera que los pliegues marquen bien la esquina y queden tensos,es fácil y se hace rápido.


Para el respaldo es exactamente igual la diferencia es que lleva muchos más pliegues porque es más redondeado, y los pliegues son más pequeños porque no quiero que se me marquen pliegues en la parte delantera


Una vez que ya lo tenía todo grapado me puse con la tapa. Para ello le puse una cinta adhesiva de doble cara por todo el borde, como veis la tenía que ir troceando siguiendo el contorno de la curva. Luego tienes que doblar y pegar, las partes curvas tienen que ir haciendo pequeños pliegues para trazar la curvatura. Ya veis que queda un poco más pequeña que el respaldo, es así como ha de quedar. La colocas por la parte trasera tapando todo el grapado del tapizado. Y comienzas a grapar a medio centímetro del borde y de la manera que habíamos dicho, bien tensa y con una grapa en el centro de cada lado, solo es cuestión de que las grapas estén puestas de forma regular y quedará perfecto.No os olvidéis de marcar los agujeros donde se introducen los tornillos, y ya solo queda volver a montarla.Es un trabajo que se puede hacer en un par de horas o poco más y el cambio merece la pena.


 Estoy bastante satisfecha con el resultado. De tener una silla rota he pasado a tener una magnífica silla para mi rincón de peluquería, ya puedo decirle a las vecinas que vengan a peinarse cuando quieran :)



domingo, 28 de agosto de 2016

La nueva mesa de trabajo

Hace tiempo que mi trastero, que es mi sitio de trabajo en casa, me pedía una renovación a gritos. Como comenté en una entrada anterior es un espacio de apenas 6 m2 en el que tengo todo: el ordenador, la máquina de coser, la peluquería improvisada, el material de manualidades, las herramientas...
 La mesa de trabajo que tenía siempre estaba llena a rebosar y me resultaba muy difícil trabajar en condiciones. Así que hace unas semanas decidí quitar la mesa de trabajo que tenía y fabricarme otra. Lo mejor era cambiar la ubicación para tener más espacio así que me puse a diseñar qué tipo de mesa me haría mejor servicio. Quería algo sencillo y práctico, que no me ocupara demasiado espacio y que consiguiese salvar un obstáculo que me hace la vida bastante imposible: el radiador.

Debía ser una mesa no muy ancha para que me permitiera abrir el balcón que tengo al lado y un poco larga, de esta manera podría tener una superficie en la que pudiera tener el ordenador y me dejara bastante espacio para trabajar. También debía de ser alta para poder encajar un cajonera de plástico de la que no puedo prescindir porque guardo muchas herramientas de peluquería, de costura y de manualidades ,y además debía de poder encajar el maldito radiador, que me obliga a separar diez o doce centímetros cualquier mesa de medida estándar y en un cuarto tan pequeño es un espacio que no me puedo permitir perder. El diseño resultante cumplía todos estos requisitos. Una mesa de  50 cm de ancho x 140 cm de largo x 85 cm de alto. Resulta un poco estrecha pero para la ubicación que quería era la medida que debía poner, ni más ni menos.


Con la idea del diseño en mente fui a Leroy Merlín a ver que materiales encontraba para hacerla. Otro requisito indispensable es que resultara muy barata, mi idea era comprar listones gruesos de madera y hacer el armazón de las patas y una tabla de contrachapado para el sobre. Mirando los precios de los materiales encontré un pack de listones de oferta. No eran tan gruesos como yo quería pero me podían servir, y la tabla de contrachapado me salía más cara que una tabla de madera de abeto sin barnizar, que es igual de resistente y si te gustan las maderas rústicas quedan muy bonitas, compré también unos tornillos para madera y el total de la compra era de 32 euros, más que razonable. En casa tenía pinturas y barnices por lo que me ahorré comprar nada más.


Como yo el manejo de la sierra no lo domino mucho aún pedí ayuda a mi marido para cortar las maderas. Una vez cortadas montamos el armazón de las patas con los traveseros para que la mesa sea estable y no bambolee, ya que el grueso de las patas es menor de lo que pensábamos en inicio. Una vez montado enmasillé todos los agujeros de los tornillos para que no se vieran y lijé bien toda la madera, ya que el acabado era muy áspero. Primero con una lija gruesa para dejar la superficie uniforme y después una lija fina para darle un acabado suave. Después de limpiar bien le di una buena mano de tapa-poros para sellar la madera y  facilitar el pintado.


Para pintar las patas me decanté por una pintura en spray, por lo que tuve que proteger la pared y el suelo para evitar que se mancharan. lo bueno de la pintura en spray es que es más rápida de aplicar y seca deprisa. Con un trozo de lana de acero  froté toda la superficie de la madera, eso hace que se eliminen las imperfecciones y le deja un acabado suave. Después de secar le apliqué una segunda mano de pintura y un nuevo lijado con lana de acero. y a continuación una buena limpieza.


El sobre de la mesa decidí teñirlo en blanco en lugar de pintarlo, de esta manera la mesa queda blanca y se aprecian todas las vetas de la madera. el resultado es precioso.
Para teñirla primero hay que preparar muy bien la superficie, enmasillar los nudos, las imperfecciones  y los cantos y después lijar bien y limpiar, de manera que cuando pases la mano la superficie sea completamente lisa.

 No apliqué tapa-poros porque quería que la madera absorbiera el  tinte. Para teñir la madera usé un poco de pintura blanca de pared con un poco de agua, cuanta más agua le pongas menos intenso es el teñido, la proporción era de tres partes de pintura por una de agua aproximadamente

Con un paño de algodón o lana se aplica el tinte siguiendo la veta de la madera sin empapar en exceso y siempre en la misma dirección. si quieres que blanquee más le puedes dar una segunda mano un poco más aguada. y después dos o tres capas de barniz incoloro satinado o brillante. Sin olvidarse de que entre cada mano de barniz hay que dar un buen lijado con la lana de acero, trazando círculos y en dirección a la veta, y después una buena limpieza. Después del último lijado le di una buena capa de cera de abeja para darle un buen acabado, suavidad y protección.

 Una vez listo el sobre atornillamos las patas y la mesa ya estaba lista. A última hora decidí que no quería poner el ordenador directamente en el suelo sino elevarlo un poco y con un trozo de contrachapado que tenía en casa hicimos un elevador que iría atornillado a uno de  los traveseros de las patas por un lado, y con unos trozos de los listones que habían sobrado le hice dos patas para que apoyara en el suelo. esto también contribuye a que la mesa tenga más estabilidad


 Estoy muy contenta con el resultado final, la mesa me resulta muy práctica y como es alta puedo trabajar de pie, lo cual agradezco porque si paso demasiado tiempo sentada me duele la espalda. Quizás no sea perfecta pero a mí me parece muy bonita.  Como la silla me queda un poco baja he comprado en Ikea un taburete  y que en unos días  tapizaré para hacerlo más cómodo, y me ha costado solo 15€.

Espero que os guste mi nueva mesa y que os animéis con el bricolaje, que no es tan difícil.




domingo, 7 de agosto de 2016

Renovar la silla del ordenador (re-editado)

Hace cinco años compré una silla modelo Moses en Ikea en polipiel negra para mi hija. Es una silla bastante cómoda y se le ha dado mucho trote, por lo que se ha ido estropeando hasta llegar a este aspecto que os muestro en la foto.
Este verano he decidido que tengo que hacer una funda nueva porque es una pena que siendo la silla tan cómoda, y estando en bastante buen estado por lo demás se vea así de fea.

Encontré un trozo de tela vaquera elástica que había comprado en una tienda de retales al peso para hacer leggins y que al final no utilicé y es la que he utilizado para la funda. Puede que no sea demasiado fuerte pero creo que durará un par  o tres de años que es lo que supongo que durará la silla. Espero que os resulte interesante este post y que os animéis a renovar las fundas si lo necesitan, en realidad es bastante fácil.

El primer paso a seguir es el desmontaje, con una llave allen o un destornillador eléctrico
. Tomar las medidas exactas de las piezas a cortar.
Pensé que la silla era desenfundable ya que tenía una cremallera , pero al abrirla me di cuenta que no, estaba todo cosido por dentro, con lo que tuve que sacar el patrón con la tela sobre el respaldo y marcando con alfileres todo el contorno.
 Una vez marcado el contorno de las piezas hay que darle un margen de costura de aproximadamente un centímetro y medio. En mi caso el trozo de tela era muy justo por lo que tuve que hacerle una costura en la tira central que une la zona trasera del respaldo con la de delante, pero ha quedado bastante bien unida con una costura de carga imitando un pantalón vaquero.

He re-editado el post para que se entienda mejor y porque me lo habeis pedido.Este croquis es el de las piezas del respaldo. Consiste en dos piezas de 45x50 cm para la parte delantera y trasera. Otra dos piezas de 77,5 x 45,5  que unidas forman la banda lateral que une la parte delantera con la trasera. Otras dos piezas de 45 x 6 que son las que van en la parte de abajo, unidas a la banda lateral y en las que se cose la cremallera.  Los codigos de color van de la siguiente manera:todas las partes marcadas en un color van unidas entre sí, las piezas marcadas en azul, las verdes y las violetas, los puntos marcados con números y asterisco es indispensable que coincidan.
MUY IMPORTANTE: Recordar que a todas las piezas hay que darles 1,5 cm de margen alrededor, si no al unirlas nos quedarian estrechas y no nos servirian.

Para la cremallera reciclé una cremallera de un anorak infantil que tenía por casa y que me daba la medida casi perfecta. Ya veis que aunque sea de diferente color con las costuras de carga de la cremallera creando solapas para esconderla apenas se nota.


aquí os muestro cómo colocar la cremallera  con silicona caliente, ya que algunos prefieren pegar en lugar de coser.1)  en los las piezas que hemos marcado de  45x5 haremos una marca a 1 cm  hacia dentro, que es la que nos servirá de solapa para la cremallera y trazaremos una linea a lo largo de toda la pieza. 2) cortaremos un piquete que nos sirva de marca en cada lado de la  linea. 3) siliconamos a lo largo de toda la pieza.4) doblamosde manera que nos quede una solapa en cada una de las piezas y las colocamos paralelas, de manera que queden exactamente iguales, si queremos las podemos fijar con unos alfileres para que no se muevan.5) pegaremos u cordón de silicona en la parte de la solapa 6) Inmediatamente pegaremos la cremallera presionando para que quede bien pegada.7) Repetiremos los pasos en la otra solapa.8) comprobamos que la cremallera esté bien pegada y que la cremallera sube y baja con facilidad.


El asiento va tapizado con la misma tela vaquera. Las medidas las tomé siguiendo el contorno del asiento y le dí un margen de unos 12 cm, para que me cubriera toda la parte lateral y unos tres o cuatro centímetros por abajo.

Con una grapadora de bricolaje empecé el tapizado poniendo una grapa
en el centro de cada lado (la tela tiene que quedar bien tensa) y una vez puestas esas cuatro grapas puse una en cada esquina. Hecho esto iba grapando cada centímetro y medio desde el centro hacia las esquinas. Como queda mucho sobrante de tela en las esquinas hay que ir trabajando unos pliegues desde la esquina hacia el centro para quede bien pulido y tirante.


 La verdad es que estoy bastante satisfecha de como quedó.  Aunque tenga muchas grapas no pasa nada, más firme y tensa estará la tela y menos peligro de que se mueva y se deshilache. No he hecho sobrehilados porque como es una prenda que en teoría no soporta lavados ni tensiones y queda toda la pieza cerrada no vale la pena.

Una vez terminada de enfundar y tapizar montamos de nuevo las piezas. Y  este es el aspecto de la silla ahora, completamente renovada.
 Casi como nueva y por un coste de cinco o seis euros que me costó el retal hace un par de años.
 Espero que os haya gustado la entrada.

Fotos: http://www.elrincondeltrasto.com/