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domingo, 26 de agosto de 2012

En busca del fascículo perdido




" El final del verano llegó y tu partirás..." cantaba el Dúo Dinámico en el episodio final de Verano Azul. Pero no es el Dúo Dinámico el que marca el final del verano, si no los fascículos coleccionables que salen a finales de agosto los que nos recuerdan que ya queda poco para la vida "normal". Se supone que después de pegarte un verano de paella, playa, cerveza y Frigopies ahora tienes las pilas cargadas y llegas con ganas de nuevos proyectos ¿Y qué mejor proyecto que aprender a hacer ganchillo o montarte una casa rústica llena de bucólicos mueblecitos de madera?




 Yo soy de las que se las mira y se las remira hasta que elijo la colección, Y es que no me puedo resistir a las muñecas de porcelana, a crear mis collares con abalorios de cristal o a coleccionar piedras y minerales. Aún tengo por casa algún fascículo de manualidades de la década ochentera en alguna carpeta y por supuesto todas las fichas de punto de cruz, de bordados, y seguro que si rebusco algún pegote de masa de miga de pan mohoso de aquella colección de  Artesanía  con miga de pan y porcelana rusa que empecé. Esa es la clave empecé... porque todos empezamos con mucha ilusión y es que el número uno te sale baratísimo. Si por 1,99 € te dan el nº1 y nº2, los hilos de bordado, las agujas y un dedal con la imagen de Hello Kitty  ¿como vas a resistirte?


 Pues te los compras, de los 125 fascículos siguientes ya hablaremos porque claro, ya no son 1,99 sino 5 €,  y sólo te regalan una madeja de lana tan pequeña que no te llega ni para una muestra.


Conozco a mucha gente y nunca conocí a nadie que terminara una colección yo creo que eso es una leyenda urbana. Incluso tengo una anécdota familiar. Hace 18 años mi marido decidió empezar una colección de maquetismo y dioramas, estuvo haciendo cálculos y pensó que si dejaba de fumar podría emplear el dinero que gastaba en tabaco en hacerse la colección, y fue dicho y hecho. Cumplió su objetivo, dejó de fumar, nunca más ha encendido un cigarrillo... pero se quedó en el nº 33 de una colección de 50. Y con el resto de dinero que se  ha ahorrado desde entonces cada año compramos nuevos fascículos de nuevas colecciones, que por cierto este  mes hay una de pasteles que me está haciendo ojitos...



Avisados estáis de que el mundo fascículo es un mundo de aventura incierta y casi nunca llegas al objetivo final, pero por si aún os queréis arriesgar aquí os dejo algunas de las colecciones que han salido en estos días. Si alguien lo consigue que lo diga que le hago una entrada exclusiva de peloteo merecido en este blog.