Aún así me empeño, y cada noche religiosamente las riego, y les quito las hojas secas pero... Una maldita oruga decidió instalarse en mi preciosa tomatera, y zamparse con nocturnidad y alevosía todas las hojas, dejándome la mata pelada, con tres tristes tomates colgando de sus ramitas.
Cuando quise tomar medidas ya era demasiado tarde, la maldita oruga había hecho su nidito calentito para convertirse en una preciosa mariposa. me encantan las mariposas... pero no en mis tomates. Si no os gustan los espectáculos sangrientos no me preguntéis qué hice con el nidito.
Ya lo tengo decidido, y voy a plantar lechugas, compré simiente de ocho tipos de lechuga diferente para plantar en cualquier época del año. ahora sólo me falta decidir qué macetas quiero para plantarlas.
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