Hace unos días leyendo el blog de Eduardo Gutiérrez, actor
al que sigo con mucho interés porque me parece una persona muy sabia y de la
que puedo aprender mucho, me hizo reflexionar. La entrada de su blog decía que
hay gente que expone su vida en las redes sociales, en ocasiones su falta de
vida. Y es verdad.
Las redes sociales se han convertido en nuestro expositor de
estados de ánimo, si estamos tristes, alegres o hemos sufrido una decepción amorosa. O si nos
hemos comprado un nuevo vestido, hemos comido una lasaña o hemos ido al
callista. Hemos convertido el Facebook en nuestro querido diario íntimo, y en
ocasiones no tenemos en cuenta que al otro lado hay otras personas, a las que
llamamos “amigos”, craso error.
El término amigo ha
quedado muy minusvalorado desde que existen estas redes, cualquiera puede ser
tu amigo aunque no tengas nada en común, tan solo tienes que clicar un botón.
En twiter está el término followers, o seguidores, que se acerca más a lo que somos realmente,
porque amigos reales en las redes no hay demasiados. Si desapareces durante
seis meses y estás en un lugar sin internet ¿Cuántos se van a preocupar
realmente de contactarte? Pocos, muy pocos, o ninguno. A veces esas personas a
las que parece que les importa lo que hacemos, lo que sentimos, son solo
voyeurs de nuestra vida.
Y es que como en el Show de Truman, volcar tu vida en las
redes sociales es como ponerte en un escaparate abierto al mundo y que los que
pasen por allí vayan mirando. Cosecharás simpatías, antipatías, indiferencias y
en el fondo soledad. Creo que las redes sociales han nacido para prepararnos
para un nuevo cambio social, el hombre del pasado era hombre de tribu, el
hombre del futuro será un ser solitario. No habrá una comunidad, sino un foro
de individuos, como no empecemos a racionalizar su uso estamos destinados a la extinción, y lo peor
de todo, lo haremos por voluntad propia. Desde luego hoy en día si quieres
dominar el mundo no has de hacerte político, has de crear una red social.
Las redes sociales te dan la oportunidad de crearte una
vida, si no te gusta cómo eres pues te conviertes en otro pero… las mentiras
tienes las piernas muy cortas. Si te
creas un personaje has de vivir como él lo haría, corres el riesgo de que la
mentira vaya creciendo hasta tomar unas dimensiones gigantescas y acabe
engulléndote, o que tarde o temprano se descubra la verdad, convirtiéndote en
un pobre diablo sin vida que se tiene que inventar una.
Pero no quiero ser tan pesimista, alguna cosa buena también
tiene. Hay mucha gente que si no fuera por las redes sociales no tendría voz.
Personas que son rechazados o que son incapaces de expresarse, por el motivo
que sea y que en las redes sociales son aceptados porque el anonimato es su
escudo. Da igual como seas, como te muevas, como hables, si tienes una
posibilidad de comunicarte encontrarás a alguien al otro lado.
Agradecimientos a Eduardo Gutierrez por la inspiración
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