lunes, 5 de noviembre de 2012

Monopolizando


Siempre he sido una forofa de los juegos de mesa,desde el Parchís, la Oca, el Cluedo aunque el que siempre me ha parecido el mejor ha sido el Monopoly.  Y casi todas sus variantes, el que tenemos ahora en casa es la Ruta del Tesoro de Cefa que salió por los 80 y hace unos tres años vi una re-edición del juego y sin pensármelo dos veces la compré, con sus moneditas de reales y sus pagarés. Una preciosidad.


Mi afición por el Monopoly viene de mi más tierna infancia en la que pasábamos las tardes en casa de mis tíos jugando con mi prima al Juego de la Paz. Una versión castiza del Monopoly donde podías comprar La Cibeles y las calles de Madrid. Esto sería a mediados de los 70 y creo que todavía debe estar en algún rincón de casa de mis tíos . Mi vecina Pili también tenía su propio Monopoly, el suyo era el clásico. Pero en su casa las normas las ponía ella y no se cómo lo  hacía que siempre acababa ganando. Mi hermana Rosa y yo después de varios intentos vanos de pedirle a Los Reyes Magos que nos trajeran uno al final decidimos fabricarnos uno propio de cartulina y papel. Y fue el mejor, el más divertido. Además tenía la ventaja de que como era nuestro podíamos jugar cuando quisiéramos.


Mi siguiente Monopoly lo fabricamos mi marido y yo en los albores de los 90 pero le dimos una visión medieval, durante las tardes de domingo de aquel año 90 nos dedicábamos a crear nuestro "Medievo" que fue el nombre que le pusimos. yo me dedicaba más a la parte artística y él a la técnica creando las tarjetas y los billetes con aquel programa jurásico llamado Printmaster para PC que era una maravilla de la técnica de la época.


El juego fue una revolución para deleite de los colegas gorrones que se venían todos los fines de semana a jugar a casa, a beberse mi cerveza y comerse mis Cheetos. Era el precio a pagar por ser la primera pareja en independizarse.

Y ha ido corriendo por casa de mis hermanos, sus amigos, y ahora mis hijos y sus amigos. Hemos pensado renovarlo y hacerlo de nuevo, pero éste, el viejo se quedará en casa mientras sobreviva aunque ya apenas se distinguen algunas letras de puro desgaste.


También tuvimos nuestra época de jugar al Chino, que era un Monopoly con influencias de la revista El Jueves, que se ambientaba en el Barri Chino de Barcelona y donde las fichas eran putas, travelos y chulos (era así, es verdad) y te dedicabas a buscar clientes para "putear" en el sentido estricto de la palabra (hacer la carrera), donde traficabas con chocolate y condones porque podías pillar el Sifilazo y si lo pillabas tenías que estar tres partidas sin putear. Si te pillaba la redada ibas a la cárcel de cabeza y te confiscaban toda la droga. Era muy divertido.


El mundo del Monopoly es infinito y no hay saga, serie o personaje que no tenga el suyo. Yo os dejo algunos ejemplos pero si tenéis curiosidad os recomiendo pasar una tarde mirando en Google y os hartaréis de mirar antes de acabar de ver todas las versiones que hay. De las versiones on line y viedojuegos no puedo hablar porque nunca he jugado. Un día si os parece nos echamos unas "partis".










                   




Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

1 comentario:

  1. Yo tengo (bueno, mi hija) el Monopoly de Bob Esponja! :-)

    ResponderEliminar