
Como en todas las fobias hay grados, pero el que la tiene evita las prendas abotonadas. Yo sí conozco un caso y la verdad es que me pareció increíble que se pudiera tener fobia a un botón.
Si sois de esos os sugiero que paséis de leer esta entrada, pues hoy vamos a hablar de botones, empezaremos con un poco de historia.

Los botones datan de la prehistoria, se han encontrado botones en excavaciones arqueológicas que datan del 2000 a.C en la zona del Indo.
En las civilizaciones griega y romana se utilizaban los botones, cosidos a las túnicas pero sin la funcionalidad que ahora les damos, eran meros adornos y claro está, de las clases pudientes,para ajustarse la ropa usaban cintas, lazadas y cinturones.

No es hasta el siglo XIII ,que se expandieron por Europa, cuando los cánones de la moda marcaban la ropa más ceñida, que a alguien se le ocurrió utilizar aquellos botones como elemento para ajustar las prendas, hasta entonces se utilizaban corchetes o cordones que hacían mucho más incómoda la tarea de vestirse y desvestirse. Primero los insertaban en presillas y luego se empezaron a coser ojales.
Durante los siglos XIV y XV se convirtió en un elemento de artesanía y joyería fina, realizándose autenticas obras de orfebrería de oro y plata para la Realeza y la Corte.




Si queréis ampliar la información podéis consultar en el blog paseando por la historia que tiene una información bastante detallada. O en la wikipedia, pero os recomiendo la versión en inglés que es mucho más amplia.




Ya para terminar una recomendación: cuando vayáis a tirar una prenda de ropa no os olvidéis de repasar los botones y cremalleras, y si están en buenas condiciones no dudéis en descoserlos y guardarlos, siempre les puedes dar un segundo uso.
me encaaaaantan los botones , y lo de la enfermedad esta es la primera vez que lo oigo ( nunca te acostaras sin saber algo nuevo) un besazo
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