"Al igual que la falda necesita del aire para ondearse, Stoker está formada por partes que no son sólo suyas. Lleva como cinturón la estética audiovisual característica del cine surcoreano alrededor de una trama propia de un telefilm de sobremesa y calza unos zapatos llenos de imaginería y simbolismo del que tanto le gusta a los gafapastas. Así es Stoker. Al igual que el ladrón de bancos no escoge su nombre en Reservoir Dogs de Tarantino (¿Por qué yo el Sr. Rosa?), la nueva película de Park Chan-Wook no es responsable de lo que acaba siendo."
Creo que plagiar el
monólogo que abre la película es la mejor manera de describir a Stoker, que es
un drama/thriller psicológico (por no decir psicosexual) dirigido por Park Chan-Wook,
el responsable de Oldboy (uno de los mejores thrillers de la pasada década) y I'm a Cyborg, but it's OK; y
escrito por el actor que protagoniza Prison Break, Wentworth Miller, bajo el
pseudónimo de Ted Foulke. Por otra parte, delante de las cámaras el film cuenta
con un elenco de actores encabezado por Mia Wasikowska, Matthew Goode y Nicole
Kidman.
El argumento de la película tiene
como punto de partida el decimoctavo cumpleaños de India Stoker, la muerte de
su padre en un escabroso accidente y la llegada de un enigmático tío cuya
existencia le es desconocida: Charlie... esta acumulación de eventos no tardará
en surtir efecto, desembocando en un caos sangriento y erótico. Partiendo de un
guión sacado de tardes de domingo viendo Antena 3 tanto Park como Miller le han
dado un cambio de prisma y, aderezando la trama con incesto (psicológico) y
represión sexual, han conseguido llevar la idea no sólo a buen puerto, si no a
uno diferente. Aunque un servidor se esperara otra cosa viniendo del
responsable de la Trilogía de la Venganza puedo decir que su visionado es
bastante satisfactorio: un desenlace ambiguo, un análisis de la personalidad de
los personajes muy interesante y el hecho de que la cinta esté llena de
simbología (arañas que representan el despertar sexual, tacones que personifican
el paso de una adolescente a la etapa adulta) hacen que la película pueda ser
disfrutable incluso echándole un segundo visionado.
A nivel interpretativo el film tiene muy buen nivel. Ya lo sé: ¿Quién hubiera pensado eso con el trío de
cara-palos que lo protagonizan? Pero Wasikowska hace muy bien el papel de
adolescente inadaptada e introvertida (parece ser su especialidad) y Kidman
demuestra con su mirada que puede expresar algo tras esos kilos de bótox que la
han dejado perpetuamente indiferente. Sin embargo, la estrella del show es
Matthew Goode como el tío misterioso, el psicópata hierático y el galán de
sonrisa reconfortante: lo hace de muerte. Puede que abuse de las miraditas y le
eche algo de sobreactuación, pero… ¿De qué otra manera interpretar a un
personaje tan psicótico y retorcido como el tío Charles?
Con sólo echar un vistazo al
currículum que tienen el director principal y el de fotografía lo más
entendidos sabrán por dónde van los tiros respecto al aspecto audiovisual del
producto. Con un asombroso uso de planos, un montaje apasionante (que quizá
peca de ser demasiado videoclipero) y una personalidad muy característica ambos
la han llevado al terreno que tan bien manejan los surcoreanos: la sensibilidad
artística incluso en los momentos de violencia más aberrante. La banda sonora
contiene temas de Clint Mansell y Phillip Glass y hace un estupendo trabajo
acompañando a la película. Destaco aquí la escena del piano como un prodigio de
la combinación de ambos medios (imagen y sonido) realmente prodigiosa y por la
que ya merece echar un vistazo la película.
“¿Pero algo malo tendrá, no?” diréis
algunos. Sí, lo tiene, desde luego: no está a la altura de las propias
expectativas que propone. Sólo este hecho desinfla bastante la puntuación del
film… pero es que una película nunca decide lo que quiere ser. Una vez comprendes
esto puedes ser libre. Y ser un cinéfilo implica ser libre.
Nota Final: 7,5
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