Hacer convivir todo eso en una habitación de 6m2 no resulta nada fácil y este verano, después de cinco años de caos me había propuesto organizarlo y renovarlo con un mínimo coste. Para ello he aprovechado muchas de las cosas que se acumulaban en él intentando darles un nuevo aspecto.
Este mueble que veis formaba parte de una cama-tren de mis hijos en el piso viejo. La cajonera y el armario cuando hicimos el traslado decidimos aprovecharlos montando uno sobre otro y crear un gran espacio para almacenaje. Incorporamos unos enchufes atornillados para poder enchufar el montón de clavijas de los aparatos que iban a estar cerca, aunque están muy a la vista y no quede muy bonito, es lo más práctico porque puedo acceder con facilidad.
Las estanterías también se aprovecharon del viejo piso.Hubo que enmasillar, lijar y pintar, pero creo que no han quedado mal del todo y me vienen geniales para las cajas de manualidades, los archivadores y algún que otro juguete rescatado que mis hijos ya no querían pero yo me niego a deshacerme de ellos.
Una vieja mesa plegable de madera maciza que tengo que usar en contadas ocasiones para las reuniones familiares me sirve de mesa para el ordenador y la TV, esta vieja tele no tiene TDT pero me va estupenda para ver películas y series en DVD mientras trabajo.
La mesa de trabajo, era una mesa de sofá bajita, hace unos años cambiamos las patas y la convertimos en mesa de altura normal y les sirvió a mi hijos de mesa de juegos y escritorio durante mucho tiempo, ahora la tengo como mesa de trabajo y aunque le hace falta un buen lijado y barnizado ahora no tengo tiempo, lo dejo para un proyecto futuro. Una lámpara lupa que usábamos cuando hacíamos maquetas y que se rompió la pinza que servía para sujetarla a la mesa, ha quedado integrada en ella simplemente haciendo un agujero en la mesa con un taladro,me resulta muy útil cuando necesito luz extra.
No podemos olvidar que esto es un trastero, y aunque intento hacer un rincón confortable las escobas y cubos siguen ahí, en el balcón y resultaba bastante deprimente a la vista, por lo que decidí poner un visillo de media ventana, lo justo para tapar las escobas y que no me quitara la luz. para ello eché mano de un chal que me hice para una boda y que nunca jamás he vuelto a usar, creo que como cortina tendrá un mejor uso. Esa "cosa enorme" junto a la ventana es un rollo de cartón de patronaje pues yo en origen era patronista y diseñadora de ropa pret a porter, hace mil años.
Todavía utilizo el cartón de vez en cuando por lo que me resulta útil, pero es feo, así que decidí hacer una funda con retales que tenía por aquí y usarlo de pie de macetero. Cuando lo necesito solo tengo que quitar la funda que va con velcro, fácil de poner y quitar, y nada aparatoso. El macetero es un bol de palomitas de los del cine forrada con papel de regalo, y dentro está la maceta sobre un plato bien hondo para que no se moje el bol de papel cuando riego, así no hay peligro de fugas.
Mi rincón de costura: Para guardar las inevitables telas que tengo en casa unas practicas cajas-contenedoras de plástico con ruedas. Y reciclando unos cajones de unos muebles de baño que renové hace un tiempo construí este mueblecito para útiles de costura, así tengo todo a mano y organizado, y aunque el mueble no sea tan estable como me gustaría cumple con su función y es muy útil.
Mi afición por el crochet recién descubierta que se está convirtiendo casi en una maldición también tiene su espacio aquí. Forré la papelera de Ikea que tenía por aquí y que tenía un par de abolladuras y la convertí en un practico portarrollos, para cartulinas, papeles de regalo etc.
En el estante sobre la máquina de coser tengo unas macetitas forradas de crochet para dar un poco de alegría al conjunto, me gustan las plantas y en mi espacio necesito un poco de verde aunque tengo que confesar que algunas son de mentira y otras no, quedan tan chulas que parecen de verdad.
El armario es... como entrar en Narnia, un mundo en sí mismo. Lleno a rebosar de cosas que necesito y de las que no puedo prescindir, mis máquinas, pinturas, pinceles, material de reciclaje... hasta he tenido que inventarme una manera de poder meter dentro la escalera y la tabla de planchar!
También están mi sillón de mimbre y el cesto de ropa de plancha recién renovados, que aunque mi marido dice que estorban porque están en medio a mí me resultan muy cómodos cuando me pongo a coser a mano o a tejer.
Unos marcos de Ikea enmarcan los dibujos que algunas de mis pelusas me han ido enviando. Hay mucho de mis pelusas en este trastero porque para mí son muy importantes, lo que empezó como una simple página de facebook para promocionar este modesto blog ha terminado siendo un centro de reunión donde estoy encontrando mucho arte, buenos amigos y gente a la que admirar, que casi se han convertido en familia. Buena gente mis pelusas.
Respecto al gusto decorativo... bueno, mi trastero tiene mucho de mi personalidad, mariposas y monstruos, yo soy así. No puedo dejar a un lado mi parte friki porque la tengo muy asumida y además me encanta, pero tampoco quiero renunciar a esa parte tierna, romántica y colorida porque es parte de mí, por lo que he terminado con un batiburrillo de cosas que son el reflejo de mi personalidad. Puede que no esté en los cánones de la decoración perfecta, pero cuando entro en mi trastero me siento en casa.
Quiero agradecer a mis pelusas Jero de El Trasgo Decrépito, Lorena de Amigurumis, Ainhoa Ortez Art, Rafa de Artista Friki, Pilar de Punto de Cruz Friki, Bibi de El rincón de Arilili, Jordi de Dame Post y Dime Friki, Albert de Fábrica Otaku y Carne de videoclub que quieran ser parte de mi trastero. Y también de mi vida, gracias amigos.
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