miércoles, 21 de diciembre de 2016

Crochet: Cojines de la abuela y monstruopelusas



Hace cosa de unos tres años empecé a dar mis primeros puntos de crochet, recuerdo lo feos e irregulares que me salían, el caso es que yo estaba muy contenta porque aunque eran verdaderos churros de no saber hacer nada a poder hacer alguna cosa, aunque fuera fea ya era un gran paso.


Soy perezosa para aprender y en estos tres años tampoco creáis que he avanzado tanto, a parte de unos cuantos puntos básicos no me atrevo a mucho más.

Empecé tejiendo algunas fundas para macetas y unas flores  para adornar mi balcón que ya os enseñé hace mucho tiempo.


Lo que sí he descubierto es lo relajante que me resulta, y a menudo cuando me pongo a ver la tele o a escuchar un podcast cojo un ovillo  y una aguja y me pongo a tejer. Lo que no soporto es contar puntos, creo que debería ir a algún grupo de los que se juntan para tejer y que me enseñen bien, porque yo me desconcentro y acabo descontándome. Pero cuando asumes una tarea con cierta rutina le acabas cogiendo el tranquillo. Eso me ha pasado a mi con los granny square, es un punto sencillo y cumple una rutina muy básica. Me gusta combinar colores, puede que demasiado, porque mis granys parecen semáforos de lo brillantes y coloridos que son.


En este video de Lanas y ovillos lo explican muy bien.

Al final acabé teniendo cuadrados tejidos por todas partes  y no sabía que hacer con ellos y decidí hacer cojines y regalarlos a mis amigos, ya tengo unos cuantos repartidos por diferentes ciudades y si eres mi amigo no te extrañe que cualquier día te llegue un paquete sorpresa con un cojín, que puede que no sea precioso pero lo que es seguro es que lo hice con cariño.


Otra cosa que también hago son mis monstruo pelusas, un proyecto de amigurumi pero que se queda a medio camino, Como no cuento los puntos y los hago al tun tun sale un engendro que luego intento adornar con unos ojitos de fieltro y unas pelucas, a veces de peluche, otras de pompones de lana, puede que más adelante les ponga algún sombrero. El resultado es gracioso, no precioso, pero desde luego no se puede decir que no tengan personalidad, porque no hay dos iguales.



En fin, algún día me decidiré a contar puntos y empezaré en serio a hacer amigurumis, de momento sigo con mis grannys y voy a intentar acabar el bolso que me empecé el año pasado, que lo gordo ya está hecho, sólo le faltan las asas.
Nos leemos pronto!


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