Afortunadamente todo quedó en un chichón y una rueda torcida que dejó aparcada la bici más de un año en el balcón. Hace cosa de un par de meses amenacé con tirar la bici si no le cambiaban la rueda, ya que en el balcón la única función que hacía era acumular polvo, y se pusieron con ello. Ahora ya tenía una bici que se podía utilizar (por fin) Y una rueda para tirar.
Entonces pensé ¿Y si intento reciclarla? Y me puse a darle vueltas a la idea. Había visto algunas bicicletas forradas de lanas y pensé que sería una manera fácil de crear algo gracioso, así que con unas cuantas madejas me puse a enrollar la llanta. No he hecho fotos del proceso en sí pero en realidad es bastante fácil: un nudo al principio de cada hebra, que queda oculto bajo el enrollado, ir enrollando de forma que quede tensa y cuando acabas la hebra de color la pegas por la parte interior de la llanta con un punto de silicona caliente. Y así hasta que llegas a la última hebra. Es fácil, aunque laborioso, y yo he elegido los colores y la longitud de las hebras al tun tún, por eso hay algunos trozos de color más grandes que otros.
Cuando acabé el enrollado por la parte exterior empecé a enrollar los radios. Me gustan los colores vivos así que los fui combinando. Un punto de silicona caliente en el inicio, enrollado y otro punto al final, por la parte interna. Cuando ya los tenía todos pegados no me gustaba que se vieran los finales de las hebras pegados, así que los disimulé con un poco más de lana enrollada en espiral.
La rueda ya estaba lista. Vista así toda forrada y con tantos colores me recordó a un atrapasueños y pensé que quedaría chula si le añadía unas plumas y unas anillas de cortina. Eché mano a mi armario de los desastres (el que acumula toda la basurilla que voy guardando) y encontré unas anillas de madera de dos medidas, unas plumas de colores y unas cuantas cuentas cerámicas de las que se usan para las rastas y trenzas de pelo. Forré las anillas con lana y las colgué junto con las plumas.
Para rematar un poco de goma eva y unos brillantes adhesivos que reforcé con un poco más de silicona.
Me encanta como ha quedado, con mucho color. Es bastante grande y lo he colocado en la pared del nuevo recibidor.Este no es un atrapa sueños real, pero se le parece mucho.
El atrapa sueños consiste en una pieza circular de madera, con una red tejida que tiene un agujero en el centro. La leyenda dice que si los pones sobre la cama, el atrapa sueños recoge tus sueños en la red, se queda con las partes agradables y deja salir las pesadillas por el agujero central con la primera luz del alba.
Los orígenes de este objeto se remontan a las tribus Ojibwa de Norte América que tradicionalmente los tejían sobre un círculo de madera de sauce y los adornaban con plumas suaves.
Hay un cuento que dice que había una mujer araña llamada Ashibikaashi que cuidaba de todos los hombres de la Tierra. contemplaba a los niños en sus cunas y les tejía una red mágica para protegerlos de los malos influjos. Cuando las tribus se dispersaron no podía cuidarlos a todos y otorgó a las mujeres de las tribus propiedades mágicas para que tejieran las redes que protegieran los sueños de los niños. Y esas propiedades mágicas han pasado de madres a hijas en forma de hechizo.
Que la telaraña atrape tus buenos recuerdos y los malos pasen por el agujero y desaparezcan.
Fotos: Google y El rincón de los trastos