Análisis Dear Esther, por Indieviduo. (A.K.A. El mejor juego si buscas fondos de pantalla)
Dear Esther es una novela interactiva,
experiencia audiovisual, poema digital, arte jugable, simulador de paseíllos
por la playa videojuego de aventuras desarrollado por el estudio Thechineseroom y disponible por descarga digital (aunque de pago) en la
página oficial de los creadores y Steam.
Abro
los ojos en una isla llamada Dear Esther. Sobre ella vuelan dos tipos de
gaviotas: unas negras como la espesura de la noche y otras blancas,
angelicales. Las más oscuras son las que cagan sobre las piedras y casas que
pueblan de forma accidentada la ínsula , las otras disfrutan de los paisajes y
matan a picotazos a sus adversarias.
Un debate un poco intenso el que la
industria entera se hace: “¿Son los videojuegos un método útil para crear arte?”. Ese es un
tema que probablemente trate más tarde y que ahora obviaremos, pero aunque
opines que los videojuegos así son pretenciosos o que se vive mejor únicamente
con bombas jugables, criticarlos con tanta negatividad es como suspender las
películas del cineasta Andrei Tarkovsky porque no entendiste los temas que
trataban.
Embriagado
por su poesía, maravillado por el vocabulario tan lírico y prosaico del que
hace gala, La Isla narra la trágica y romántica historia de Esther, una mujer fallecida en un accidente automovilístico. Tras unas enigmáticas y crípticas
epístolas se esconden los secretos que oculta la trama. ¿Qué hacemos en la
isla, que nos ha llevado hasta allí? ¿Quiénes son Donelly, Jakobson y Paul? ¿Y
nosotros, quienes somos y quién nos ha dado vela en este entierro? Al igual que
el cine de Lynch está en nuestra manos masticar el argumento y sacar
conclusiones, puesto que el juego solo da preguntas, que se reafirmarán una vez
jugado por segunda, tercera y cuarta vez.
Observo
los paisajes, que me hipnotizan y cautivan, recorro los senderos del islote y
acaricio sus piedras, su hierba, la pulpa de su vegetación. Mientras una música
celestial me acaricia los oídos (y he de decir que me hace cosquillas) gracias
a una emotiva y sentimental composición por parte de Jessica Curry y un doblaje
melancólico que encaja como anillo al dedo a la temática y la estética del
juego, acabando de construir la atmosfera etérea y onírica del mundo recorrido.
Dear Esther es perfecto en su imperfección.
No se le pueden achacar fallos porque su propósito lo cumple de manera
excelente, sin dejarse ninguna orilla que pisar ni cielos que surcar, rompiendo
las nubes. Es quisquilloso y detallista hasta lo enfermizo y eso se nota y se
le ha de valorar. Si se le puede reñir por algo es que aunque el motor gráfico
Source ha sido utilizado con una maestría espeluznante (le han puesto botox y
todo lo que se les ha ocurrido para que aparente cinco años menos) tiene
pequeñas arrugas aquí y allá en forma de texturas planas o diminutas
puntualizaciones tecnológicas que no acaban de encajar en un universo tratado
con semejante delicadeza.
En resumen, Dear Esther es el chiquillo
cohibido que se sienta en una esquina de clase y compone poemas mientras el
resto de tíos aúllan como los adolescentes pardos que son y, he de decir, que
me siento identificado con él. Te puede gustar menos o más su propuesta, pero a
él no le importa que lo disfrutes, si no que le reconozcas que a pesar de eso
su trabajo es maravilloso y encomiable. Así que, Thechineseroom, me despido
diciéndoos… come back. Espero con
ansias vuestro próximo juego.
Nota
final: 8
PD: Siento el lenguaje literario, pero la
naturaleza del análisis así lo requería.
PPD: Aprovecho la entrada para promocionar
el increíble y sensacional trabajo de doblaje que hicieron Francisco J. Galos y
José Francisco Castellano como traductor y doblador, respectivamente, ya que es
de los mejores fandubs que he tenido el placer de disfrutar. Un aplauso para
ambos, que se lo merecen a partes iguales. Podéis descargar la traducción
pulsando aquí. http://www.respawnroom.com/dear-esther/
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