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martes, 4 de diciembre de 2012

Rubí la osa defectuosa.

Hoy es el día internacional de las personas con discapacidad. Se celebra para hacer visibles las barreras sociales y urbanas a las que tienen que enfrentarse día a día. Es un colectivo que puede ofrecer mucho, pero depende de todos que esas barreras se superen. Para todos ellos mi apoyo, esta es una lucha de todos. Ánimos!

Os quiero enseñar un cuento que hace años que tengo en casa, que me parece un estupendo ejemplo para ilustrar el día.


                                                           RUBÍ por Maggie Glen


Rubí se sentía diferente a otros osos como si fuera especial. La señora Martín estaba distraída cuando confeccionó a Rubí. No se dio cuenta de que utilizaba la tela con manchas para los leopardos de juguete. No prestó atención al coser la nariz.
A Rubí no le sorprendió que la seleccionaran entre los demás ositos, pero no le gustó que la agarraran por la oreja.
-¡ Ayyy suéltame!- gruñó.
Estamparon una "D" en la patita de Rubí y la lanzaron por los aires.
-¡ yupii!¡ "D" quiere decir diferente!
Un oso grande se echó a reír .
-No tonta, "D" quiere decir defectuosa. Somos defectuosos, cuando la caja se llene nos tirarán- dijo un oso con orejas de conejo.
A Rubí se le pusieron los pelos de punta ¡Qué horror!
La caja se fue llenando de osos. Finalmente las máquinas pararon, los obreros tomaban los autobuses para volver a sus casas.Oyeron cómo se cerraba la puerta y todo quedó en silencio. Los osos de la caja se fueron quedando dormidos, todos menos Rubí.
Rubí pensaba...¡Eso es! dijo de repente.
-¿El qué?- dijo el oso con orejas de conejo mientras se frotaba los ojos.
-Nos vamos a escapar-dijo Rubí- ¡Vamos!
Buscaron una salida. Sacudieron ventanas y puertas.


-No hay manera de salir- dijo un osito- estamos atrapados.
Encontraron un respiradero roto. Era muy pequeño. Empujaron y se contorsionaron hasta que consiguieron salir todos.
Corrieron en silencio toda la noche. Unos fueron al campo, otros a la cuidad. Unos se colaron por los buzones, otros se deslizaron por las ventanas.Unos se escondieron en armarios de juguetes, otros subieron a camas de niños solitarios.
pero Rubí trepó al escaparate de la mejor juguetería de la ciudad.Los otros juguetes miraron a Rubí.
-¿Qué significa la "D"?-chillaron los cerditos.
-Diferente-contestó Rubí con orgullo.
-Desaliñada-dijeron partiéndose de risa.
-Disparatada-dijo el chimpancé.
-Desfigurada-dijeron los ratones.
-Si es una osa, es muy rara -coincidieron todos.
-Ni te me acerques- dijo una muñeca cursi.
-Ponte detrás - dijeron otros juguetes
Le dieron codazos, tirones, empujones y pellizcos. Rubí resistió con todas sus fuerzas, pero eran demasiados. Así que Rubí se pasó todo el día al fondo del estante.
Pero justo cuando la tienda iba a cerrar entró una niña acompañada de su abuelo. Buscaron y buscaron algo diferente, algo especial.
¡ESA!- exclamó la niña.

-Sí, Dora-dijo el abuelo-parece muy especial.
-¡Soy yo! ¡Me están señalando a mi!-dijo Rubí.
-Queremos llevarnos esa- le dijo el abuelo a la dependienta.
La dependienta puso a Rubí sobre el mostrador y vio la "D"en su patita.
-Lo siento señor- dijo-pero está defectuosa. Les buscaré otra.
-No gracias, nos gusta esta, Tiene personalidad.
Mmmm. Personalidad. Eso suena bién, pensó Rubí.
-¿Se la envuelvo?- preguntó la dependienta. 
-No gracias- dijo Dora-Me la llevo así, como está. 
Salieron de la tienda y caminaron por la calle hasta llegar a una puerta amarilla.
-Ya estamos en casa, Pecosa- dijo Dora.
-¡Pecosa, que desfachatez!- masculló Rubí.
- Gruñe- dijo Dora a su abuelo y los dos se echaron a reír.
Dora se quitó el abrigo y la bufanda y sentó a Rubí en su regazo.
Dora miró a Rubí y Rubí la miró a ella. De repente, Rubí vio una pequeña "D" de plata que Dora llevaba colgada del cuello.
-¡Viva!- pensó Rubí - Es como yo. ¡Es sensacional! 





Información e  ilustraciones del libro Buenas Noches, editado por Círculo de Lectores
The Bodley Head Children's Book 1999
título de la edición original: Cuddle Up Tigh
de la traducción:2000, Cristina Macià

lunes, 8 de octubre de 2012

Supercalifragilisticoespialidoso


Es lo que canto todas las mañanas cuando voy a trabajar. Y es que yo soy como Mary Poppins, una institutriz. Quiero reivindicar la palabra, que tan mala fama obtuvo por la desgraciada relación de la Srta. Rottenmeier con Heidi. Todos la odiamos, pero es que no es nada fácil intentar domar a un potrillo salvaje sin modales, eso sí, con buen corazón.

¿Nadie ha intentado comprender a la señorita Rottenmeier? Yo cada día la entiendo más, y sin ser tan estirada como ella, sé lo que es contar hasta diez una y otra vez hasta que acaba el día.


Los niños deberían venir con los modales puestos de serie, pero por desgracia no es así, con lo cual cada día me tengo que enfundar mi traje de Supernani, coger el capote y empezar a torear con el humor de cada uno de mis pupilos, que son tan diferentes como Saturno, Plutón y Júpiter aunque sean del mismo Sistema Solar. A veces las peleas pueden convertirse en batallas que ni el mismísimo Leónidas con sus 300 espartanos sería capaz de mediar entre ellos, pero entonces llega SuperMary Poppins con su espada justiciera (esto es: ni para ti, ni para el otro, juguete confiscado) y se acabaron los problemas.


El que inventó el reloj ni tenía niños ni los había visto en la vida, si hubiera sido así hubiera sabido que ellos tienen su propia medida del tiempo que es cambiante dependiendo de la tarea que hay que hacer, con lo cual diez minutos puede ser el tiempo  que tardas en pestañear o toda la Era Jurásica completa.Un ejemplo: " Tienes diez minutos para ver la tele" se les pasa en un suspiro, evidentemente hay protestas, porque "acababan de encenderla". Pero si dices "aún quedan diez minutos para acabar los deberes" son los diez minutos más largos de su vida.



No soy maestra, ni pediatra, ni madre de los niños que cuido, soy un poco de cada cosa. Y es que para ser institutriz hay que tener un poco de mano izquierda. La dulzura de la Señora Doubtfire, que supo ganarse la confianza de los niños con sus historias y  la paciencia de la novicia María Von Trapp, que pudo lidiar con los siete niños gracias a las canciones (y es que eso de que la música amansa las fieras es verdad). Y canto, ya lo creo que canto, y bailo. A veces la polka, a veces un bals, otras break dance y muchas veces me toca ir al ritmo de la musiquilla de Benny Hill persiguiendo a mis pequeños monstruos. Es agotador.

Lo bueno es que en ocasiones ves que no todo cae en saco roto, y si observas como el que no quiere la cosa, te das cuenta de que todos los cuentos contados, las observaciones sobre el mundo que has hecho, las reprimendas,  las pequeñas lecciones que vas dando de alguna manera están en esas cabecitas y que a veces salen cuando menos te lo esperas, entonces te das cuenta de que todo va bien, y de que a pesar de los disgustos y el esfuerzo la magia funciona, y las píldoras de sabiduría con azúcar entran bien y se asimilan. Por eso me gusta ser institutriz.



lunes, 13 de agosto de 2012

De tal palo,.. tal niño friki


Si algo hace que un padre se sienta orgulloso son sus retoños, y si además ese  padre es un friki rematado con más razón. 


 Porque vuelca en el niño todos sus  anhelos y esperanzas de que el pequeño acabe heredando su  legado friki, convirtiéndolo en su particular monstruo de Frankenstein.


 Todos lo hemos hecho y así seguirá siendo hasta el final de los tiempos. Pero es que son tan adorables, tan frágiles que nos sentimos tentados de convertirlos en nuestros muñecos doomies y  además con el pecho hinchado de orgullo, porque si nosotros somos frikis nuestro niño más.


  Puede que cuando crezcan y se vean sufran  traumas insuperables, pero  ¿Y lo que nosotros hemos disfrutado? Si el trabajo se ha hecho bien, os aseguro que  en su etapa  de adolescencia os lo agradecerán, porque habréis hecho de ellos unos frikis de pro, y si no... al menos se ha intentado.


Espero que os guste la galería que os  he preparado. No son todos , porque parece ser que los padres frikis somos legión.





viernes, 10 de agosto de 2012

Los juguetes mutantes de Sid


Soy de las que piensan que Toy Story es la mejor saga de animación que se ha hecho nunca. Todos hemos sido niños y por eso nos identificamos tanto con estas historias de juego y de juguetes.



Hace unos días tenía un debate curioso en casa, y os lo quiero plantear. ¿Es realmente Sid un niño malo? Entiendo que desde el punto de vista de un juguete sea como Godzilla, un monstruo carnicero, pero si me pongo en su lugar realmente pienso que es un niño feliz. A lo mejor me gano unos cuantos enemigos con esto. 


Pero pensad  ¿quien no ha hecho estragos con sus juguetes? ¿quien no ha pillado una tijera y ha dejado a su Barbie medio calva por eso de jugar a peluqueras o ha pintado sus muñecos con rotulador? Yo era una niña feliz, me encantaba jugar pero era el terror de las Nancys de mi época. La que no acabó calva, acabó "maquillada" de una manera muy original, con piercings o con vestidos hechos de trapos y basurillas. Mi hijo siempre ha sido muy aficionado a morderlo todo, con lo cual muchos de sus Playmobils están cojos, mutilados y amputados. Pero eso no quiere decir que sea un monstruo, si no que juega con ellos.

 Hay niños convencionales, que juegan con cada elemento de la forma "correcta", niños coleccionistas, que tienen montones de juguetes en perfectas condiciones porque en lugar de jugar los tienen de objetos de decoración y niños "destroyer" que destrozan los juguetes a base de usarlos. Ese es Sid. Un niño destrozón con un extra de imaginación, porque si es capaz de hacer esos inventos, ese niño es un puntazo. 


Qué queréis que os diga, yo prefiero un niño con esa imaginación  desbordante que uno que no juegue. Y los juguetes mutantes de Sid... los quiero para mi colección de monstruos